Cliente: Charo y Jorge
Ubicación: Lugar de Loimar, Ponte Beluso, Boiro
Año: Proyecto: Mayo 2016/ En construcción
Proyecto y Dirección de Obra: Puntocero Arquitectos (Miguel Outeiral Moledo y Carlos M. Maneiro Muñiz)
Arquitecto Técnico: Francisco A. Fragoso Pena
Superficie Construida: 282 m²
Fotografía: Puntocero Arquitectos
Memoria
El paso del tiempo y la creciente necesidad de disponer de espacios para actividades vinculadas al campo han hecho que las viviendas tradicionales del medio rural gallego se rodeen de construcciones auxiliares que en muchos casos se presentan carentes de interés pero que son el reflejo del modo de vida de una época pasada. Hoy en día, esa relación intrínseca entre habitar y trabajar el entorno pierde consistencia, y surge la necesidad de recuperarlas con la finalidad de vivir en relación con un lugar que sirva de desahogo. Bajo este contexto se nos encarga este proyecto de rehabilitación.
Ya en los primeros planteamientos, surge la necesidad de poner en valor las construcciones de la edificación original, despojándola de todos los añadidos que la rodeaban y buscando lo esencial de su construcción. La parcela, descuidada y abierta hacia un agradable espacio natural, se limpia y reorganiza poniéndose en valor su relación con la vegetación y el transcurso natural del cauce del río.
El programa de espacios exigido por sus usuarios hace necesaria la ampliación de la edificación tradicional, hecho que se formaliza mediante un volumen nítido y contemporáneo que orienta sus espacios hacia el río y el jardín. Se materializa a través de una nueva geometría que emplea sistemas constructivos actuales, controlándose en todo momento su escala de manera que complementa a la construcción tradicional sin llegar a imponerse sobre el conjunto.
El interior busca el contraste y el equilibrio entre la amplitud de los espacios actuales y los espacios tradicionales intramuros, entre las superficies blancas luminosas y la personalidad dominante de la piedra, controlando para cada estancia los ambientes deseados para hacer de todo el conjunto una vivienda con mucha personalidad que aúna pasado y presente.
Entre lo contemporáneo y lo tradicional surge un patio que articula y conecta las diferentes zonas. Este nace como un espacio acotado, íntimo y agradable que sirve de transición entre la vivienda y el abrumador entorno natural en el que se integran las construcciones.